top of page
  • Facebook
  • Instagram
  • Twitter

El día que me cansé de soñar

Actualizado: 19 may 2022

“Un sueño escrito con una fecha se convierte en una META. Una meta dividida en pasos se convierte en un PLAN. Un plan respaldado por ACCIÓN hace que tus sueños se hagan realidad".

Greg Reid*

Las metas y desafíos varían, pero todos ellos tienen un comienzo. Siempre hay un primer paso. Y un segundo, y un tercero. Al mirar hacia atrás parecería ser que el tiempo simplemente transcurrió pero, si analizamos el recorrido con calma y atención, podremos comprobar –y deleitarnos– en los detalles del trabajo y empeño diario que pusimos caminando hacia esa meta.

La foto de los “dumbells”, como se les dice por aquí, o “mancuernas”, como les llamamos en mi país, son el simple comienzo de lo que vino después. Lo que vino después que me di cuenta que con los sueños poco se hace, y es necesario comenzar a cambiar la realidad. Cuando las compré, allá por el año 2016 (no recuerdo el mes con exactitud), ya estaban castigadas por el uso, pero era lo que en ese momento mi presupuesto me permitía. Un “mat” o colchoneta les sirvió de socio para acompañarme en mis diarias rutinas de ejercicio.

Así fue que de a poco, muy lentamente, fui adquiriendo otras cosas necesarias para mis entrenamientos, a veces usadas, a veces nuevas, pero siempre bienvenidas. Nunca sentí el precio que pagaba por estas cosas como un gasto, sino siempre, siempre, como una inversión. Una inversión en mi salud física, mental y emocional. Una inversión en mi calidad de vida. Una inversión en mi apuesta de vivir una vida que quisiera vivir. Una inversión, al fin de cuentas, en convertirme en alguien mejor no sólo para mí, sino también para mis seres queridos.

Siempre había deseado tener un gimnasio, y era una de esas cosas que tenía pendientes realizar “en algún momento”. Esos momentos, como quizás sospeches, no suelen llegar nunca… Afortunadamente, desde algunos meses antes de que el desastre de la pandemia arropara al mundo entero, la idea de tener sueños había comenzado a molestarme. Me resultaba fastidioso soñar, cuando en realidad lo que yo necesitaba era planificar, hacer, comenzar. Así fue que, llegando al final del año 2019, decidí que me había hartado. Me había hartado de no tener tiempo para asistir a un gimnasio ni presupuesto para costearlo. Me había hartado de soñarlo, desearlo, imaginarlo. Así que comencé a planificar. Y a hacer.

Las fotos que acompañan esta publicación representan los extremos de un período de 30 meses. Es importante reconocerlos como extremos, pues lo que los separa es un recorrido, una caminata hacia la realización de un sueño, por más que esta palabra pueda sonar exagerada para muchos.


El camino

Comencé por limpiar, tirar, descartar y ordenar para convertir mi garage en un espacio limpio y amplio. Un poco de pintura y, tan pronto me fue posible, unos “mats” para el piso, otorgaron al ambiente un cambio radical. Como pude, me las arreglé para construir unas estanterías sencillas y, sin más ni más, el otrora garage se había convertido en mi propio “gym”.

Es increíble el efecto que un poco de limpieza, pintura e invención pueden tener en una habitación, y es aún más increíble –y transformador– el cambio personal que esas modificaciones pueden causar. Sin importar su sencillez ni simpleza, ni la larga lista de cosas de las que carecía, mi sueño ya no era tal, y su realización había afectado, directamente, mi realidad.

Poco a poco, y mediante modestas inversiones, esa lista se fue acortando hasta lograr contar con un lugar al que, básicamente, no le falta nada imprescindible para cubrir mis necesidades. Hay varias cosas que deseo y necesito, pero ya llegarán, de eso estoy seguro. Lo fundamental, una vez más, es transformar el sueño en plan porque, una vez que podemos empezar a ver, literal y materialmente, cómo vamos avanzando, entramos en una inercia positiva que, si la cuidamos, nos seguirá moviendo rumbo a nuestro destino.

Es importante saber, sin embargo, que los avances no suelen ser líneas rectas que siempre van en alza y hacia adelante, razón por la que te ruego no pierdas la perspectiva y examina las cosas a mediano y largo plazo, no día a día. Existirán retrocesos, caídas y hasta momentos de estancamiento –los más peligrosos a mi entender– pero a la larga nuestro esfuerzo y consistencia marcarán un rumbo de crecimiento y éxitos.

¿Cuál es el sueño que quisieras dejar de soñar?

Esto que hoy comparto no pretende, de ninguna manera, cultivar aplausos ni felicitaciones, sino mostrar un ejemplo tangible y real, experimentado en carne propia por una persona común y corriente. No hay nada especial aquí. Sólo planificación, dedicación y consistencia.

¿Cuál ese ese sueño que ya te cansaste de soñar? ¿Qué es aquello que deseas comenzar a vivir? ¿Es, también, un gimnasio, o tu propia oficina? ¿Un mejor trabajo, un estado físico saludable, o correr tu primer 5K?

¿Cuánto tiempo más piensas seguir soñando con eso? Alguien dijo que alguna vez que la diferencia entre un sueño y un plan, es una fecha. ¿Y si comienzas por ahí? Establece una fecha y hazla pública –cuando compartimos planes con otros, funciona como “presión”, como elemento de compromiso para no desviarnos del camino. No te limites a enfocarte en el tiempo que va a llevarte alcanzar lo que deseas. ¿De veras importa? El tiempo seguirá su paso, hagas lo que hagas. Pasarán los días, semanas, meses y años, y no hay nada que puedas hacer para evitarlo. La pregunta es, ¿cuál será tu situación después de que todo ese tiempo haya transcurrido?

No podemos detener el reloj, pero podemos manejar el tiempo que éste marca.

No olvides tus comienzos. Nunca.

Todavía conservo mi viejo set de mancuernas de 20 libras, aunque ya no las use. Están más viejas, flojas y herrumbradas que el día que las compré pero, cada vez que las veo en un costado del gimnasio, recuerdo dónde comencé y observo el presente, buscando inspiración para continuar. De vez en cuando es buena cosa el contemplar el derrotero recorrido. En muchas ocasiones, diría que es hasta mejor que pensar en el que nos queda por completar. Cualquiera sea el sendero y la meta, siempre empezaremos a transitarlo con un primer paso. Pero cuidado… que sea el primero, no el único.

Deseo que mi humilde historia de éxito logre brindarte alguna clave, ejemplo, o inspiración. A mi manera y con las herramientas con las que contaba y cuento, logré comprobar que la planificación y la consistencia pagan. Hay días oscuros y de debilidad, pero esas son las jornadas en las que mi cuerpo y mente se fortalecen.

¿Cuál es el sueño que quisieras dejar de soñar?

Abre los ojos. El tiempo es tuyo.

* Greg S. Reid es un orador, cineasta y empresario de renombre mundial conocido por su espíritu generoso y su habilidad para traducir situaciones complicadas en conceptos simples y digeribles.

Comments


GV_ProfilePic.jpeg

Hola. Gracias por tu visita.

Espero que esta publicación te sea de ayuda e inspiración.

Si deseas dejar un comentario, ¡adelante!

bottom of page