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Introspección

Actualizado: 15 sept 2021

“Hazte responsable de tu vida. Acepta que eres tú, y nadie más, quien te llevará adonde quieres llegar.”

— Les Brown



Introspección

He estado en la mejor manera de expresar lo que compartiré a continuación.

Más allá de cuán positivo o respetuoso intente ser, lo que leerás en los próximos párrafos no será una oda a la motivación. Probablemente, será difícil de asimilar. Si en algún momento sientes que necesitas tomarte un respiro, por favor, hazlo. Sólo te pido que tengas en cuenta que, lo que sigue, proviene de la perspectiva de alguien que ha disfrutado de algunas montañas y muchos valles. Con algo de fortuna, quizás mis palabras arrojen algo de luz en tu camino. Estas líneas no pretender juzgar, sino sugerir, cobijando la esperanza de ayudarte a ganar una perspectiva diferente, y una nueva estrategia para afrontar tus desafíos.

¿Qué significa hacerse responsable?

No estoy refiriéndome a cuál es la definición que podemos encontrar en el diccionario. Mi idea va más allá. Cundo pienso en “responsabilidad”, o mi entendimiento de ésta, lo primero que viene a mi mente es preguntarme cuál es mi actitud cuando algo sale mal, o cometo un error. ¿Busco al responsable en mí mismo o intento, inmediatamente, encontrar alguien o algo a quien culpar?

Para bien o mal, a lo largo de mi vida he sido alguien con autocrítica. Muchas veces, impiadosa, lo que no es necesariamente positivo. Me ha tomado mucho tiempo y trabajo modificar esto y permitirme un respiro, pero aún así prefiero ser duro conmigo mismo antes de buscar excusas en otro lugar. ¿Por qué? Porque el responsabilizarnos nos fortalece, y nos hace dignos de confianza. Tanto ante nuestros propios ojos, como ante los ojos de los demás. Cuando algo sale mal y asumimos la responsabilidad, ganamos el respeto de quienes nos rodean, aún cuando nuestro error les haya perjudicado o afectado de una manera negativa. De la misma manera, cuando algo sale mal y deslindamos la culpa honestamente, tu palabra será aceptada porque habrás establecido una reputación de ser una persona que no huye de sus responsabilidades.

Eventualmente, también entenderás que darte una palmada en el hombro es posible, y positivo.

¿Cuánto tiempo desperdicias buscando respuestas fuera de ti?

El no asumir responsabilidad por nuestras fallas trae consigo un alto precio. Existen varias consecuencias duraderas pero, en mi opinión, una de las peores es la cantidad de tiempo que desperdiciamos. El tiempo perdido jamás regresa y lo que se fue, no volverá. Es por eso que, cuando erramos en mirar hacia adentro en busca de respuestas, nos estamos condenando a seguir recorriendo un camino equivocado, que no nos guiará a ninguna solución pues, al final de él, no hay ninguna.

¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a solas contigo, la única persona a la que realmente no puedes engañar? Sabes con certeza que deberías hacerlo, y eso te atemoriza. Pero enfrentar nuestros temores es algo positivo, porque es una experiencia liberadora. Así que, atrévete a mirarte en el espejo y comienza una nueva jornada por el camino correcto.

¿Cuánto tiempo dedicas a buscar inspiración?

Últimamente, he escuchado decir que la motivación no ayuda, que es sólo basura desechable. No estoy seguro de compartir esos planteos, más allá de creer que la motivación no es tan importante como el sentirnos inspirados y con propósito. La motivación es la chispa que necesitamos para poder encender el fuego. Sin embargo, una vez la hoguera comienza a arder, necesitamos alimentarla para mantenerla viva por tanto tiempo como sea necesario.

La inspiración es un gran combustible porque, constantemente, nos nutre de ideas, razones y sugerencias para movernos hacia adelante, alcanzar nuestras metas, o simplemente no rendirnos.

¿Con cuánta frecuencia alimentas tu fuego?

¿Cuánto tiempo desperdicias observando videos tontos en YouTube, examinando el contenido de tu muro en Facebook, o mirando serie tras serie en tu servicio de “streaming” favorito? ¿Cuántas horas le dedicas a actividades como esas, que no aportan absolutamente nada positivo a tu vida? ¿Realmente crees que alguna de esas actividades te acercará al lugar en el que tu corazón anhela estar? Sabes que no, pero las utilizas para adormecer tu dolor y evitar pensar en aquello que deberías estar haciendo.

¿Por qué no haces la prueba e intentas algo diferente? Prueba leer, mirar o escuchar algo edificante, que te aporte herramientas, ideas, consejos e INSPIRACIÓN para poner manos a la obra, y construir el futuro que deseas.

No esperes obtener resultados, si no haces lo necesario para lograrlos.

Es lunes. Llegas a casa cansado y molesto después de un largo día de trabajo. Si bien tenías planeado hacer ejercicio, no lo haces. Después de una ducha, te sientas frente al televisor y cenas algo repleto de calorías y vacío de nutrición. Luego, te vas a dormir con la esperanza de recuperar algo de energía con la cual, con suerte, puedas sentirte como un zombie a la mañana siguiente, y volver a repetir el ciclo.

O quizás, sí te ejercitas. De hecho, lo haces con más intensidad y por más tiempo que de costumbre. Te sientes fantásticamente, lleno de energía y libre de culpa por lo que, a modo de recompensa, decides obsequiarte con pizza para la cena, en vez de optar por algo saludable.

Eso tiene un nombre: auto sabotaje.

Casi puedo sentir el deseo que tienes de golpearme en este momento, ¿verdad?

Probablemente hayas escuchado esa famosa frase, atribuida a Albert Einstein, que reza: “La definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez, pero esperando resultados diferentes”. Locura o no, la opción no es una inteligente. El no hacer nada ES una acción, razón por la cual esperar tener un golpe de suerte mientras decidimos NO hacer lo que deberíamos, no es ni saludable, ni inteligente.

Siguiendo con las frases, una de mis frases favoritas es: “Suerte es aquello que sucede cuando la preparación se encuentra con la oportunidad”. Jamás había pensado acerca de la suerte de esa manera y, para mí, fue una revelación. Me di cuenta que, caminando hacia hacia mis sueños y trabajando en ellos, no estaba haciendo otra cosa que prepararme para ese momento que, indudablemente, llegaría. Todo lo que necesitaba hacer era estar listo.

¿Te has detenido a pensar cuán preparado estás? ¿Qué hiciste hoy para acercarte a tus metas? ¿Estás hoy más cerca que ayer, o más lejos? Estas son preguntas que sólo tú puedes contestar.

La pregunta es, ¿vas a hacer una pausa y pensar acerca de esto?

Deja las quejas de lado

La vida es difícil, lo sé. Todos experimentamos sus dificultades, en mayor o menor grado. ¿Qué nos da el derecho, entonces, a sentirnos especiales o justificados en nuestras excusas? ¿Sabes quién solía hacer eso? YO. ¿Me sirvió de algo? NO.

Ya sea que tengas o no razones para sentirte como una víctima, jamás deberías ponerte en esa posición. A lo largo de mi vida he comprobado, vez tras vez que, sin importar cuán mal esté mi vida, o cuántas razones tenga para sentirme de esa manera, siempre pude, mirando a mi alrededor, encontrar a alguien pasando por una situación más dura y difícil de superar. En la mayoría de los casos, también, su actitud era mejor que la mía, predicando, en silencio, con sus acciones.

Ver el ejemplo de esas vidas me hizo desear lo mismo para mí. Tuve que trabajar fuertemente para lograr esa actitud mental y emocional pero, lentamente, lo fui logrando.

Aún hoy sigo caminando por ese derrotero, porque queda demasiado por aprender. Muchísimo.

Hoy, quiero decirte que deseo que puedas encontrar TU camino. Deja de lado las quejas. No sirven de nada.

Es cierto que todos necesitamos pasar por un período de duelo algunas veces, y ciertamente es sano el hacerlo. Podemos llorar, insultar, gritar y quejarnos, pero sólo por un breve lapso de tiempo. Pasada esa etapa, es necesario comenzar a avanzar. Es aceptable caer, sufrir y tomarse un respiro del dolor, pero es necesario retornar a la batalla.

¿Acaso no crees que te mereces eso? ¿No piensas que mereces algo mejor?

El perdonarnos puede ser un desafío colosal. Créeme que conozco ese sentimiento. Me tomó muchas horas de terapia y esfuerzo personal el permitirme darme una segunda oportunidad en ciertos aspectos de mi vida. Aún hoy, muchas veces, me sigue resultando difícil.

Quisiera invitarte a hacer las paces contigo, y liberarte de una vez de tus errores del pasado. Esos errores no te definen. Los has superado y, al hacerlo, te has transformado en la persona que eres hoy. Si sientes que no puedes encontrar esa paz, perdonarte o tomar una pausa para aclarar tus ideas, por favor, busca ayuda profesional.

Deja de quejarte, y empieza a hacer.

Deja de soñar, y empieza a edificar.

Una vida mejor espera más adelante. ¡Ve por ella!


* Leslie Calvin "Les" Brown, (nacido el 17 de Febrero de 1945), es un orador motivacional estadounidense y ex miembro de la Cámara de Representantes de Ohio.

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コメント


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Hola. Gracias por tu visita.

Espero que esta publicación te sea de ayuda e inspiración.

Si deseas dejar un comentario, ¡adelante!

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